En estos tiempos en que la excelencia y el éxito se han convertido en uno de los principales fines en la crianza de los niños, es válido preguntarnos ¿por qué para los padres de familia ha cobrado tanta importancia el aprendizaje de la lectura y la escritura?, es muy fácil escuchar conversaciones cotidianas en donde los padres con una evidente cara de orgullo cuentan que sus hijos de 4, 3 y hasta 2 años ya saben leer y escribir, como si el pequeño hubiera logrado su primer peldaño en aquel camino del éxito.
Podríamos cuestionarnos entonces si en realidad ese es el primer peldaño que un niño debe alcanzar para lograr el éxito. Y aún más nos podríamos preguntar ¿es realmente importante que nuestros hijos inicien una carrera por la excelencia?
Realizando una reflexión bien podríamos darnos cuenta que cada ser humano en su individualidad debería tener la libertad de avanzar a su ritmo aprendiendo cosas y tomando del medio, conocimientos que en un sentido práctico pueden ser más útiles.
¿Acaso cuando nos acostamos en el pasto con nuestros hijos a mirar las nubes y encontrar las distintas formas, no estamos haciendo una lectura desde nuestra imaginación que nos permite crear e inventar nuevas formas de interpretar lo que hay a nuestro alrededor?
¿Cuando observamos la naturaleza con detenimiento, no podemos leer las señales que nos dan las plantas y los arboles acerca de su crecimiento, su desarrollo y su interacción con otros seres? ¿Acaso esa no es una lectura más importante para el desarrollo de nuestros hijos?
Y si en vez de enseñarlos a unir letras para formar palabras que tienen un contexto, les permitimos leer el lenguaje de los animales identificando en ellos sus hábitos de vida, su entorno y su interacción. Probablemente esto los llevaría a escribir en su corazón sentimientos de solidaridad, compasión y responsabilidad.
Tal vez aprendiendo a leer sus pisadas con los pies descalzos en los charcos mientras camina de la mano de algún amigo, lo enseñaría a escribir sus propias huellas al relacionarse con los demás como seres más autónomos, libres y equitativos.
Podríamos seguir con muchos ejemplos y cuestionamientos acerca de los diferentes tipos de lectura y escritura que pueden adquirir nuestros hijos, que pueden llevarlos al éxito o no; pero que seguramente si los llevará a tener un aprendizaje más significativo, a tener innumerables momentos de felicidad y a llegar a una mayor conciencia de su papel en el entorno que los rodea.
Para terminar podemos cuestionarnos si en realidad queremos que nuestros hijos aprendan a leer y escribir para poder alardear frente a los demás en conversaciones banales, o tal vez queremos que nuestros hijos aprendan a leer para que tengan alas que los lleve a volar por su propio rumbo, construyendo cada día su propia vida.